Pasos Perdidos
Manifiesto de economistas aterrados
Traductor: Santiago Martín Bermudez
Idioma original: francés
Páginas: 64
Cuarta edición: 2011
ISBN: 9788492979110
PVP: 6,5 €
Formato: 12 x 18 cm

Manifiesto de economistas aterrados

Philippe Askenazy, Thomas Coutrot, Henri Sterdyniak, André Orléan

Cuatro prestigiosos economistas franceses de diversa procedencia teórica redactaron este Manifiesto en septiembre de 2010 al que, en menos de tres meses, se adhirieron 3.000 personas del mundo de la economía y el pensamiento. En él denuncian diez falsas evidencias («los mercados financieros favorecen el crecimiento económico», «hay que dar confianza a los mercados para financiar la deuda pública»...) y unos programas de ajuste que están agravando la crisis económica y aumentando la desigualdad social. También proponen veintidós medidas para debatir otra estrategia económica.

El Manifiesto ha tenido un enorme éxito de público en Francia y en España, y se ha convertido en un grito de alarma. Por su claridad, su brevedad y precisión expositiva, ha ofrecido a los ciudadanos los medios teóricos para mostrar el abismo que existe entre las afirmaciones de los portavoces de los mercados financieros y la fragilidad de sus diagnósticos.

En la visión neoliberal que dibuja un mundo hecho de agentes económicos individualistas y clarividentes en competencia los unos con los otros, la liberalización general de los mercados tenía que conducir matemáticamente al máximo crecimiento y a una situación económica óptima. Pero ha ocurrido exactamente lo contrario. Si la ciencia económica pone en cuestión las hipótesis y métodos de esta visión neoliberal, tiene también que recordar que corresponde a los ciudadanos, y no a los expertos, determinar colectivamente mediante la deliberación democrática los objetivos de la actividad económica.

Por ello este Manifiesto, ante todo, está destinado a los ciudadanos para proporcionarles los medios con que exprresar sus dudas y ayudarles a confirmar que existen otras opcioes; en el caso de España, abrir este debate es aún más urgente y necesario.


Philippe Askenazy
Philippe Askenazy

Philippe Askenazy (1971), economista francés, es director de investigación del CNRS e investigador en l´École d´Économie de Paris.

Participa en el grupo de reflexión La République des Idées. Ha sido colaborador del diario económico Les Échos y, desde el año 2008, escribe en Le Monde. Entre sus obras cabe destacar Les désordres du travail: enquête sur le nouveau productivisme; Organisation et intensivité du travail; 27 Questions d´économie contemporaine; Les Décennies aveugles - Emploi et croissance, Le partage de la valeur ajoutée.


Thomas Coutrot
Thomas Coutrot

Thomas Coutrot (1956), economista y estadístico, ha sido profesor en la universidad de Brasilia y, en la actualidad, es jefe del Departamento de Condiciones de trabajo y salud en el Ministerio de Trabajo en Francia. Desde el año 2009 es copresidente y mienbro del consejo científico de la asociación Attac.

Es autor de libros de divulgación y ensayos, tales como Jalons vers un monde possible: redonner des racines à la democratie, Les conditions de travail des salariés après la réduction de leur temps de travail, Démocratie contre capitalisme, Critique de l´organisation du travail o L´entreprise néoliberale, nouvelle utopie capitaliste?


Henri Sterdyniak
Henri Sterdyniak

Henri Sterdyniak, economista licenciado por l´Ecole Polytechnique, ha desarrollado su actividad académica y de investigación en organismos públicos como el INSEE y la universidad. En la actualidad, es Director del Departamento de Economía de la Mundialización, en el Observatorio Francés de Coyunturas Económicas (OFCE) y profesor en la universidad Paris IX-Dauphine. Es un reconocido experto en política presupuestaria, política monetaria y economía financiera internacional.

Entre sus obras, cabe destacar Problèmes de macroéconomie, Vers une fiscalité européenne, Economie mondiale 1990-2000 y L´Europe au bord du gouffre.


André Orléan
André Orléan

André Orléan (Paris, 1950), economista, licenciado por l´Ecole Polytechnique, ha sido administrador del Instituto Nacional de Estadística y de Estudios Económicos y director de investigación en CNRS en Francia. En la actualidad, es director de estudios en la escuela de Estudios de Ciencias Sociales, forma parte del  comité de dirección de la revista Annales, Histoire, Sciences Sociales y es presidente de la Asociación francesa de economía política (AFEP).

Es autor, entre otras, de las obras La violence de la monnaie, Le pouvoir de la finance, De l´euphorie à la panique: penser la crise financière.


Notas de prensa
El Mundo - 14/08/2011
Manifiesto de economistas aterrados
Por Alejandro Gándara

Cuatro economistas franceses (Philippe Askenazy, Thomas Coutrot, André Orléan y Henri Sterdyniak) han redactado un "Manifiesto de economistas aterrados", que denuncia las estrategias seguidas por la Unión Europea durante la presente crisis, cuyo resultado es el aumento de la inestabilidad y de las desigualdades. La política correspondiente está basada, según ellos, en diez falsas evidencias, que ya se han convertido en tópico de la argumentación de los gobiernos:

1. Los mercados financieros son eficientes.
2. Los mercados financieros favorecen el crecimiento económico.
3. Los mercados son buenos jueces de la solvencia de los Estados.
4. El alza excesiva de la deuda pública es consecuencia de un exceso de gasto.
5. Hay que reducir los gastos para reducir la deuda pública.
6. La deuda pública traslada el precio de nuestros excesos a nuestros nietos.
7. Hay que tranquilizar a los mercados financieros para poder financiar la deuda pública.
8. La Unión Europea defiende el modelo social europeo.
9. El euro es un escudo contra la crisis.
10. La crisis griega ha permitido por fin avanzar hacia un gobierno económico y una verdadera solidaridad europea.


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Se proponen asimismo una veintena de medidas destinadas a corregir "la visión neoliberal todavía dominante, que dibuja un mundo hecho de agentes económicos individualistas y clarividentes en competencia los unos con los otros" y que pretende que "la liberalización general de los mercados conduce matemáticamente al máximo crecimiento y a una situación económica óptima".

Es un texto divulgativo (se puede encontrar impreso en Barataria), destinado a la vez a los expertos y a los ciudadanos, aunque corresponde a estos últimos deliberar y decidir colectivamente "los objetivos de la actividad económica, los criterios de su eficacia y los medios para alcanzarlos.". Hasta ahora el manifiesto ha sido firmado por 3.095 economistas y profesionales.

En fin, que no nos pase nada. Aquí, de momento, ya nos ha subvenido un Estado Policial Recaudador, que en realidad no es un Estado, sino un sistema estamental de rapiña.


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El País - 30/05/2011
No estamos abocados a las políticas de austeridad
Por Marta Garijo

El Manifiesto de Economistas Aterrados propone 22 medidas para hacer frente a la crisis económica con perspectiva europea.

Antes de que en Sol se montara una acampada para expresar el malestar que ha creado la crisis económica, un grupo de economistas franceses ya había puesto por escrito sus preocupaciones respecto a las políticas económicas actuales. El Manifiesto de los economistas aterrados surgió hace un año en Francia, cuando un grupo de economistas se encontraron en un café y decidieron recoger sus preocupaciones por el rumbo que había tomado la política económica en Europa. "Es un manifiesto no sólo para los propios economistas, sino también para los ciudadanos y para la clase política", ha explicado Henri Sterdyniak coautor del texto en el Instituto Francés de Madrid, donde esta tarde participará en un debate sobre el mismo.


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Sterdyniak, director del Departamento de Economía de la Mundialización de la OFCE y profesor asociado de la Universidad Paris-Dauphine es uno de los autores de este texto junto a Philippe Askenazy, Thomas Coutrot y André Orléan. Un manifiesto al que hasta ahora se han adherido 3.000 economistas. Un texto, que va en la línea de Indignaos de Stephane Hessel, aunque con la diferencia de que en las 60 páginas de este se exponen 22 medidas concretas. Unas ideas encaminadas hacia la creación de políticas económicas fuera de la tendencia liberal. "La idea principal es que el liberalismo no funciona porque hasta ahora los mercados siguen creando inestabilidad", comentaba esta mañana Sterdyaniak. "En Europa hay que asegurar más estabilidad, más solidaridad y crear una nueva coordinación de las políticas de gobernanza europea", prosigue este economista. En España, este libro está editado por Barataria, en su colección Pasos Perdidos, y ya va por su segunda edición.

En su manifiesto se observan las políticas económicas desde una perspectiva europea. En la charla, Sterdyniak repite varias veces la idea de la solidaridad europea como un punto importante para la recuperación de los países del continente, algo que los últimos acontecimientos no parecen compartir. Sin embargo, cuando se le comenta a Sterdyniak que los últimos casos no existe un gran consenso europeo, señala que no hay elección de plantearse si se puede ser solidarios o no.

Respecto a las manifestaciones sociales que se están produciendo en varios países, sobre todo del sur de Europa, Sterdyniak asegura que esto demuestra que es importante que los partidos, los sindicatos o las asociaciones se movilicen para mostrar que otras políticas son posibles. "El objetivo del manifiesto es proclamar que no estamos condenados a las políticas de austeridad que nos llevan al fracaso y por ello, la política que Europa tiene que llevar a cabo es dar tiempo a que todos los países que están en dificultades puedan reestructurar sus economías", apunta.

Las agencias de calificación y el funcionamiento de los mercados financieros son dos de las preocupaciones que se muestran en el texto. "Decimos que debería disminuir la importancia de las agencias que son privadas", señala y ofrece otra vía de acción. "El Banco Central Europeo no debería hacer tanto caso a las agencias sino tener sus propias herramientas para poder calificar", apunta.


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La voz de Galicia - 30/04/2011
Un decálogo de «falsas evidencias» según los economistas «aterrados»
Por Juan Arjona

«La competencia financiera no produce necesariamente precios justos», advierten los autores de la declaración colectiva. Las agencias de calificación «aumentan el riesgo de quiebra que habían anunciado» El incremento de la deuda pública se debe, sobre todo, a la caída de los ingresos

Certeza clara y manifiesta de la que no se puede dudar: tal es la acepción más frecuente de la palabra evidencia, según el diccionario de la Real Academia Española. Pero no siempre lo que parece evidente, simplemente porque forma parte del credo mayoritario, resulta ser cierto. La historia está repleta de falsas evidencias, desde la proposición de que la tierra es plana —la evidencia nos dice que, de ser esférica, la gente se caería al vacío— hasta la antigua tesis que sitúa a nuestro planeta en el ombligo del universo.


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De hecho, el avance científico supone en gran medida una desautorización de nuestras percepciones sensoriales. También en materia económica y financiera se confunden a menudo los principios de validez universal con los preceptos que forman parte de esquemas de pensamiento hegemónicos. Ni siquiera la crisis ha debilitado los dogmas. «No se han puesto de ninguna manera en cuestión los fundamentos del poder de las finanzas», escriben Philippe Askenazy, Thomas Coutrot, André Orléan y Henri Sterdyniak, en la introducción a su Manifiesto de economistas aterrados. En su texto, hoy respaldado por más de tres mil profesionales de todo el mundo, los cuatro economistas «aterrados» enumeran y desmontan un decálogo de «falsas evidencias» financieras, a la vez que proponen 22 medidas alternativas.

 

LOS AUTORES Y SUS APOYOS
MÁS DE 3.000 PROFESIONALES FIRMARON EL MANIFIESTO


Elaborado por cuatro prestigiosos economistas franceses, el «Manifiesto de economistas aterrados» está encontrando amplia resonancia, hasta el punto de convertirse en uno de los libros más vendidos en Francia. En España, el folleto —62 páginas— ha sido editado por Pasos Perdidos, en coedición con Ediciones Barataria. Hasta el 22 de enero de este año, más de 3.000 profesionales, economistas en su mayoría, se han adherido al documento.
Philippe Askenazy (director de investigación del CNRS), Thomas Coutrot (especialista en temas laborales y miembro de la dirección de Attac), André Orléan (presidente de la AsociaciónFrancesa de Economía Política) y Henri Sterdyniak, los autores del manifiesto, dicen estar aterrados «por la mala gestión de la crisis por parte de los gobiernos» y denuncian diez falsas evidencias que, a falta de fundamento científico, solo sirven para justificar las políticas neoliberales que están en el origen de la crisis económica. Al mismo tiempo, proponen 22 medidas para enfrentarse, desde una perspectiva distinta, a la recesión.


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Información.es - 21/03/2011
Los borregos de Panurgo
Por José Asensi Sabater

Hay citas que no requieren explicación ni interpretación. Son tan nítidas que resuenan en las experiencias de cada cual. Una de ellas, inmortal, se debe al satírico francés por excelencia, François de Rabelais. Cuenta en el "Gargantúa" la historia de un viaje en un barco cargado de borregos, en que un tal Panurgo tiene un incidente desagradable con uno de los tratantes de ganado. Para vengarse, Panurgo compra un borrego que arroja acto seguido al mar. Desde allí, el animalito atrae con sus balidos a los demás borregos, que se arrojan tras él sin pensárselo dos veces y, claro está, perecen.

Todos sabemos que la acción descrita es frecuente y se puede aplicar a un buen número de casos: a lo que sucede en los partidos, en las elecciones, en la moda, en el arte, en los incendios de las discotecas, etcétera, o sea, en las situaciones inciertas, subjetivas o estresantes. Pero en estos tiempos, en que abunda todo eso, se ha rescatado la frase, no sin motivos, para describir el absurdo comportamiento de los mercados, esos que suelen presentarse como modelos de racionalidad y buen juicio. En la experiencia económica tenemos el tópico ejemplo de la "estampida del bisonte" que acontece cuando en una situación de pánico bursátil la manada sigue en tromba al primer ejemplar que sale disparado hacia ninguna parte. Pero lo de los borregos es más matizado y realista, me parece a mí, pues cuenta con el toque de mansedumbre con que la manada afronta su destino fatal.


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Bernard Cassen, un economista lúcido, presidente honorario de ATACC, ha escrito al respecto un artículo con este título: "¡Todos al agua, como los corderos de Panurgo!" como modo de resumir la situación, más trágica que cómica, de los gobiernos europeos que siguen a pie juntillas la estampida que encabeza Ángela Merkel con la seguridad de ir derechos al matadero. No es el único que lo dice. En el "Manifiesto de Economistas Aterrados", otra obrita de la que recomiendo encarecidamente su lectura, otros economistas afamados, pero no borregos ni paniaguados, como Philippe Askenazy, Thomas Coutrot, André Orléan y Henri Sterdyniak, refieren lo mismo.

"Cualquiera que tenga un poco de sentido común -dice Cassen en su artículo- difícilmente comprenderá cómo, dentro de un conjunto económico tan integrado como la UE, una yuxtaposición de planes irracionales de austeridad con el objetivo de reducir la deuda pública podría llevar a un crecimiento de los países involucrados. Semejante ejemplo de pensamiento mágico da cuenta del desconcierto e incluso del pánico de los Gobiernos Europeos. Todos han claudicado ante Berlín, capitulando ante el más poderoso. El problema es que el modelo alemán no es exportable a sus socios, salvo que éstos busquen su autodestrucción. Un modelo que se basa en el estancamiento del consumo y en los excedentes comerciales, puede que interese a Alemania, pero arruina a todos los demás". A la propia Alemania, se podría añadir, como le sucedió finalmente a Panurgo.

La estampida provocada por la canciller no obedece solamente a una suerte de moralina, muy del gusto teutón, de que, ante todo, hay que ser austeros: son intereses a corto de la parte alemana. Pero, ay, los borregos la siguen a ciegas.

"Los Economistas Aterrados", por su parte, advierten de las falacias que han calado en la manada, tales como que los mercados financieros son eficientes (cuando no lo son y a la vista está), que favorecen el crecimiento económico (será más bien las remuneraciones de accionistas y gestores), que los mercados son buenos jueces de la solvencia de los estados (¿); que al alza excesiva de la deuda pública es consecuencia de un exceso de gasto (¿de quién, exactamente?); que hay que tranquilizar a los mercados financieros para poder financiar la deuda pública; que la UE defiende el modelo social europeo (¿), y otras cosas por el estilo.

Pero no hay nada que hacer si los borregos no lo ven. Hay incluso otras maneras más rápidas y electrizantes de morir. Enchufen por ejemplo Intereconomía.


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Canarias 24 horas.com - 21/03/2011
Economistas aterrados, ciudadanos horrorizados
Por Santi Peña

Si los economistas más progresistas que hay hoy en día en Europa se encuentran asustados, así lo han querido decir con un texto titulado Manifiestos de Economistas Aterrados elaborado en Francia, cuánto más no deberíamos estar los ciudadanos que pasamos la mayoría de las veces por despistados a lo que se son viene encima de forma aparentemente inexorable porque ya se sabe que la gran maraña de árboles no nos deja ver el bosque.


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Este manifiesto se elaboró en septiembre de 2010 y en el momento que escribo estas líneas lo han suscrito 3.428 economistas que en principio muchos eran de origen francófono pero que gracias a la red se ha extendido por todo el mundo. Creo firmemente que la economía no es ni será nunca una ciencia completamente independiente de, por ejemplo, la sociología y que ésta se mueve más en los ámbitos de la creencia cuando no de la manipulación política más burda y descarada. Sin embargo textos como este me parecen no sólo pertinentes y valientes sino también necesarios porque no sólo denuncian el ámbito de la creencia en la que se mueve la economía formal sino que presenta soluciones que tienen que ver con la profundización de la democracia y de la transparencia que debe tener ésta. Mi exposición de más abajo no es la de criticar el texto en sí sino de clarificarlo en la medida de mis posibilidades. En muy pocas páginas se hacen afirmaciones que servirían para cientos de estudios serios y la densidad del texto es enorme pero aún así vale la pena leerlo con calma pensado cada uno de sus puntos por no decir de sus renglones. Para simplificar he condensado lo que se denuncia como 10 falsas evidencias en tres puntos: las que hablan de la falsedad de los mercados, las que señalan las falsedades sobre la deuda pública y las que hacen una crítica brutal a la Unión Europea.

Según este manifiesto los mercados no son eficientes (falsa evidencia 1), ni favorecen el crecimiento económico (falsa evidencia 2) ni son buenos jueces para indicar la solvencia de los estados (falsa evidencia 3). En nombre de los mercados se están sacrificando conquistas sociales, el bienestar social y económico de millones de personas, las prestaciones sociales a las que tenemos derecho en virtud de nuestra contribución a los gobiernos vía impuestos y, lo que es más importante, la garantía de transparencia democrática de nuestros gobiernos hacia la ciudadanía. Las agencias de calificación han entrado a saco en lo que se conoce como globalización y son una parte importante del problema en cuanto a que no son capaces de ser árbitros completamente parciales sino que tergiversan las evidencias en pos de las especulaciones que han entrado de manera brutal contra los estados y las deudas públicas. En forma de corolario el manifiesto propone al final de cada epígrafe, que llaman falsas evidencias, una serie de medidas que en este caso van a resumirse en un mayor protagonismo de los gobiernos y un control estricto en lo económico y financiero de los mercados de especulación financiera que tanto afectan a la economía productiva proponiendo desvincular a las empresas de la financiación financiero especulativa y restringiendo el uso que hacen los sistemas bancarios de los mercados financieros. La mayoría de estas medidas implican un fortalecimiento de lo público frente a las especulaciones opacas de los llamados mercados.

El núcleo central de este manifiesto se basa en la revisión de lo que significa la deuda pública pues hemos visto que después de la crisis inmobiliaria de 2008 que afectó a las hipotecas en Estados Unidos la crisis se ha traducido en una brutal especulación de la deuda pública de los países. Según este manifiesto las deudas de los gobiernos no se deben al exceso de gasto (falsa evidencia 4), señalando que es una creencia interesada que reduciendo el gasto público se reduzca la deuda (falsa evidencia 5), que es una falacia que la deuda pública de la actualidad sea una herencia a nuestros nietos (falsa evidencia 6) y que deba ser un imperativo tranquilizar a los mercados financieros (falsa evidencia 7). Está claro, la deuda pública de países como España no se debe a que se gaste de manera desmesurada en prestaciones sociales sino que la armonización fiscal a la que las grandes economías del mundo se han vistos obligadas por el imperativo neoliberal priorizan la bajada del impuesto sobre sociedades, el del patrimonio y de las rentas más altas por lo que tenemos que es la gran masa de ciudadanos la que financia el funcionamiento de los gobiernos en todo el planeta. La macroeconomía se ha reducido, de una manera muy perversa y malintencionada desde la etapa de Tatcher y Reagan, a un como si fuera la microeconomía doméstica de nuestros hogares y esto es una visión no sólo burda, simplificadora de la realidad sino que ha sido completamente nefasta. Los suscribientes afirman que la reducción del gasto público no sólo es malo para la actualidad sino que en el futuro implicará un agravamiento de la misma deuda pública. Con ello tenemos que se han establecido mecanismos de redistribución de la riqueza en sentido contrario al lógico: desde las clases populares hacia los grandes intereses del capital. Los corolarios a estos cuatro apartados van en la misma línea del documento y son la potenciación de lo público en la economía con un Banco Central Europeo que permita financiar los gobiernos de manera directa, el control de los mercados financieros recuperando el factor verdaderamente redistributivo que deben tener los sistemas fiscales, profundizar en la transparencia democrática e incrementar el gasto público en sistemas de protección por el empleo y en desarrollo de la educación, la sanidad y el bienestar social que están pasando a manos privadas y cuyo ejemplo más absolutos es la privatización de facto de las pensiones que se produce en España con la jubilación a los 67.

El manifiesto acaba haciendo un buen repaso a la Unión Europea que se ha convertido en un monstruo opaco y antidemocrático de liberalizar la economía puesto que no es cierto que la Unión Europea defienda un modelo social (falsa evidencia 8), ni que el Euro sea un escudo ante la crisis (falsa evidencia 9) ni tampoco que la crisis griega, luego la intervención de Irlanda, puede que la de Portugal y muy probable que la de España, haya significado una profundización de los mecanismos de solidaridad europeos (falsa evidencia 10). La Unión Europea tal y como está funcionando hoy en día es un mecanismo más de la imposición de los dogmas financieros neoliberales de la globalización y está sirviendo de correa de transmisión de este tipo de doctrinas sobre millones de ciudadanos. La rigidez del Euro, un entramado monetario hecho para proteger los intereses financieros mundiales que resta capacidad de acción no sólo a los gobiernos sino al propio Banco Central Europeo, ha acabado por favorecen un endurecimiento de las condiciones laborales de los trabajadores y unas bajadas salariales donde las desigualdades han crecido de manera exponencial. En este punto no puedo sino mirar con desprecio a un vende motos, que se las da de hombre de estado, como Felipe González y que desde sus privilegios como ex presidente y su poltrona en Gas Natural, pago a favores prestados en el pasado, todavía se permite el lujo de dar consejo a los millones de desfavorecidos que políticas como las que llevó a cabo siendo el primer presidente del PSOE produjeron. En 2009 los mercados financieros, a falta de otra cosa mejor con la que especular, han empezado a hacerlo con los déficits públicos de las economías mundiales que debido a la rigidez de tratados como el de Maastricht que obligan a los países a financiarse mediante los mercados atacando especialmente a economías de países débiles como España, Grecia, Irlanda y Portugal, las famosas PIGS en denominación del ultraliberal Financial Times y de aquel famoso artículo de los cerdos que creía poder volar, Pigs in muck. Las medidas que se proponen para el debate en este documento son las de poner coto a la libre circulación de capitales no sólo en el seno de la UE sino en todo el mundo, buscar un sentido común dentro de los países de la Unión que no sea la imposición de los principios neoliberales y sí la cohesión social y desarrollar una verdadera fiscalidad europea que vaya encaminada hacia lo público con un verdadero funcionamiento de la solidaridad interterritorial europea.

Los autores definen este texto no como algo dogmático y doctrinario, tienen claro que poner a multitud de países de acuerdo sobre estas medidas de adelgazamiento de las doctrinas neoliberales es complicado, lleva su tiempo y deberá tener múltiples vías y distintas velocidades, y lo que propone con este manifiesto es abrir un debate que libere a los Estados de la presión perversa de los mercados financieros. Hoy en día es casi una irreverencia afirmar que hay que dar marcha atrás en muchos supuestos avances que se hicieron en la imposición antidemocrática de la construcción de la Unión Europea para que tengan más protagonismo los ciudadanos y exista por vez primera cosas que nos parecen una entelequia como una democracia real, no ceremonial, y una transparencia absoluta en la toma de decisiones políticas. Este Manifiesto de Economistas Aterrados, sin ser un documento dogmático ni absoluto, es una buena base de partida para el cambio hacia un sistema más justo y equitativo y que un servidor, con todas sus carencias, ha querido hacer un poco más accesible al lector. Eso sí, sigo diciendo que su lectura es imprescindible no sólo para conocer la encrucijada en la que nos encontramos sino, lo más importante, como una guía para poder salir de ella.


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El Periódico de Aragón - 12/03/2011
Economistas aterrados
Por Cándido Marquesán

La escasez de la demanda, al haberse reducido drásticamente el consumo, y la contracción de la inversión son dos problemas que hacen cada vez más difícil la salida de esta crisis económica en España. Ambos repercuten en un crecimiento económico negativo o muy reducido, que impide crear puestos de trabajo. Las políticas económicas puestas en marcha y las que se vislumbran en un futuro próximo, nos indican que ni la demanda ni la inversión van a verse potenciadas. Muy al contrario.


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Para la mayoría de los españoles, de entrada muy endeudados, con la congelación de sus pensiones, la rebaja de sus salarios, y una inflación que supera ya el 3%, con la consiguiente pérdida del poder adquisitivo, sería casi milagroso el aumentar el consumo y aumentar la demanda. Los más de 4 millones de parados bastante tienen con sobrevivir. El que tiene ahorros, tiende a guardarlos, ante el temor de lo desconocido. La inflación, era lógico que los precios subieran tras la elevación de los impuestos indirectos (IVA, tabacos), el encarecimiento de los carburantes y de las tarifas de algunos servicios públicos (electricidad, gas).

La inversión se ha reducido drásticamente, tanto la privada como la pública. Los empresarios si no invierten no es por el crecimiento excesivo de los costes salariales, ya que la clase obrera ha asumido recortar o congelar sus salarios, sino por las grandes dificultades a la hora de acceder al crédito en las entidades financieras. El sector público, debido a las durísimas políticas de ajustes fiscales, entre las que se encuentran las ayudas al sector financiero, ha reducido inevitablemente también su inversión. Las consecuencias son las lógicas. Sin aumentos de la inversión no se crece y así no se crean puestos de trabajo. Y si hay paro, no se consume, y si no se consume, no hay demanda, y si no hay demanda, no hay que producir, y si no hay que producir, las empresas no tienen otra opción que despedir. Por ende, más paro. Es un auténtico ciclo infernal. Y como la economía no remonta, los mercados no se fían de la economía española, por lo que nos cuesta más la financiación de nuestra deuda. En consecuencia, más déficit público, que los mismos mercados nos obligan a controlar. Más ajustes fiscales. Como no se quiere reducir el déficit por la vía del aumento de los ingresos fiscales, para no tocar los intereses de las clases privilegiadas, hay que hacerlo aumentando los ingresos, privatizando lo mejor de nuestro patrimonio, como es la Lotería o los aeropuertos; o por la vía del gasto, con reducción de salarios y pensiones, e inversiones. Con lo que se contrae el consumo. Y vuelta a empezar el círculo vicioso. ¿Cómo vamos a salir de la crisis? De verdad, yo no veo salida. Parece que nos quieran hundir en la miseria. Para acabar de complicarlo, se ha producido otra fuerte subida de los carburantes por los acontecimientos del Norte de África y Oriente Próximo, además de las materias primas, que supondrán más inflación. Para combatirla Jean-Claude Trichet acaba de anunciar una nueva subida de los tipos por parte del BCE, lo que elevará el euríbor --y con ello de las hipotecas-- y en general encarecerá el crédito.

Esta política económica para corregir la crisis impuesta, como la única posible, desde los organismos como el F.M.I , O.C.D.E , la U.E., siguiendo las directrices de los mercados y de las agencias de calificación, basada en reducción de los déficits públicos, con durísimas políticas de ajustes fiscales, con recorte de prestaciones sociales, supone la ruina de muchos a costa del enriquecimiento de unos pocos.

Afortunadamente ya están surgiendo voces discrepantes como la representada por el Manifiesto de economistas aterrados, en el que cuatro economistas muestran su sorpresa por la sumisión de las políticas económicas europeas a las exigencias de los mercados financieros. Lo que les aterra es que la política de recortes puede prolongar los efectos de la crisis en los países más castigados, echando por tierra los avances sociales. Rebaten las supuestas verdades irrefutables del neoliberalismo: los mercados financieros son eficientes, favorecen el crecimiento económico y son buenos jueces de la solvencia de los Estados; hay que tranquilizar a los mercados financieros para financiar la deuda pública, hay que reducir el gasto para reducir la deuda pública, el euro es un escudo contra la crisis, la deuda pública le hará pagar nuestros excesos a nuestros nietos, la UE defiende el modelo social europeo, la crisis griega supone un avance hacia un gobierno económico y una verdadera solidaridad europea... Como se resisten a admitir que otras políticas no sean posibles, presentan 22 medidas alternativas mucho más justas, solidarias y racionales para salir de la crisis. Algunas de ellas: prohibir a los bancos especular para evitar la propagación de las burbujas y de las quiebras, limitar las transacciones financieras a las que respondan a las necesidades de la economía real, aumentar fuertemente los impuestos a los ingresos muy altos para disuadir la carrera por los rendimientos insostenibles, transparencia de las agencias de calificación, compra por el Banco Central Europeo (BCE) de los títulos públicos, realizar una auditoría pública de las deudas públicas para determinar su origen, mantener y mejorar las protecciones sociales, un carácter fuertemente redistributivo a la fiscalidad directa sobre los ingresos-


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Público - 06/03/2011
Los economistas también se indignan
Por Alex Vicente

Tras la indignación, llegan las propuestas. Stéphane Hessel, el anciano que ha conseguido incendiar el mercado literario francés con ¡Indignaos! dijo que aspiraba a que su popular folleto lograra incitar al lector a "apoderarse de nuevo de su destino", ideando alternativas a las hojas de ruta trazadas por sus gobernantes. Las primeras soluciones llegan de la mano de cuatro prestigiosos académicos franceses, surgidos de horizontes teóricos distintos pero con una voluntad en común: demostrar que, en lo que a política económica se refiere, otro mundo sigue siendo posible. La imaginación al poder contra la fatalidad neoliberal.


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Más que indignados, los economistas se dicen despavoridos por las soluciones que los gobiernos europeos han encontrado hasta el momento. "La crisis no ha debilitado la dominación de los esquemas de pensamiento que orientan las políticas económicas desde hace 30 años", constatan en su Manifiesto de economistas aterrados, que ahora publica en España la editorial Barataria.

La semilla de internet

Durante el otoño pasado, colgaron este manifiesto en internet. En pocas semanas, lo firmaron más de 3.000 personas, principalmente surgidas del mundo universitario, que se sumaron a los cuatro autores, Philippe Askenazy, Thomas Coutrot, André Orléan y Henri Sterdyniak. El interés sin precedentes por un texto apto para todos los públicos, pero de perfil técnico y especializado "a su lado, Stéphane Hessel tiene un aire poético", dijo con sorna Libération les incitó a publicar este diagnóstico trufado de propuestas y distribuirlo en las librerías de todo el país a un precio reducido, siguiendo una estrategia similar a la de su ilustre predecesor.

En 50 páginas, los economistas aterrados recorren diez "falsas evidencias" derivadas de las soluciones del neoliberalismo, que los autores definen como una doctrina política y no económica, siempre "al servicio de los intereses privados". "Los gobiernos europeos, ya sea por ceguera o por cinismo, se apresuran a llevar al extremo las medidas neoliberales antes de que los ciudadanos se acaben de convencer de su absoluto fracaso y decidan rebelarse contra ellas", opina Philippe Askenazy.

Oponiéndose a múltiples ideas recibidas, el manifiesto denuncia que los mercados financieros no se autorregulan, como nos han hecho creer los valedores del dogma neoliberal. Para los autores, el mercado tampoco es siempre favorable al crecimiento económico, ni actúa como un buen juez respecto a la solvencia de los estados, por mucho que así lo apunten las agencias de calificación. Entre las soluciones, proponen regular de forma rígida los mercados y las actividades de sus actores, proscribir la especulación para evitar las burbujas y los cracks, así como crear una agencia pública de crédito y moderar la remuneración de los traders.

Embustes antisociales

El insistente estribillo sobre la restricción del gasto público como único salvavidas para Estados al borde de la bancarrota tampoco convence a los autores: las prestaciones sociales se ven gravemente amputadas, mientras el paro y la precariedad se instalan en el horizonte. Como soluciones alternativas, citan el mantenimiento de la cobertura social a través de un modelo fiscal altamente redistributivo, con la creación de nuevos impuestos para las grandes fortunas.

"Los gobiernos dicen no tener margen de maniobra y señalan indirectamente a las instituciones internacionales como responsables de los planes de recorte", analiza Askenazy. "Lo que se nos esconde es que no todas las organizaciones dictan lo mismo. La OIT, por ejemplo, hace un análisis opuesto al de la OCDE. El problema es que no tiene ningún poder". Precisamente, el manifiesto pone en tela de juicio el papel de la UE y pide esfuerzos en dirección al federalismo. "Europa se arriesga a volver a la situación de los años sesenta, con un par de países motores y una mayoría de estados subdesarrollados, entre ellos España", opina el autor.

La duda del lector escéptico o conformista es que, con planes de ahorro en vigor en media Europa, puede que sea tarde para rebelarse. "Nunca lo es. El pueblo decidirá en las urnas", responde Askenazy. ¿Y en los países donde ni la derecha ni la izquierda quieran presentar alternativas al neoliberalismo? "Nuestro objetivo es demostrar que esta no es la única solución legítima y hacer presión para que algún partido se atreva a tomar otro camino", apunta Askenazy, con las presidenciales francesas del año próximo a la vista, en las que aspira a convencer al Partido Socialista. En España, reconoce, será "un poco más difícil".


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El Mundo - 23/10/2010
La rebelión de los economistas aterrados
Por Raquel Villaecija

El descontento popular en Francia crece por momentos. Estudiantes, trabajadores y ahora también los ilustres se han lanzado a la calle. No para protestar por la reforma de las pensiones, que estos días ha provocado el caos en el país, sino para denunciar un problema de alcance mucho más global: la inoperancia política ante la crisis financiera.


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Nunca Francia hizo gala de manera tan exacerbada de su espíritu revolucionario. Al malestar general por la situación económica y por las medidas de recorte social aprobadas en los últimos meses se ha unido la impopular reforma de las pensiones, que tiene a los estudiantes en pie de guerra y al país al borde del colapso, con las refinerías y los puertos bloqueados por los huelguistas desde hace una semana.

Ahora también los investigadores y economistas, poco proclives a las manifestaciones, han decidido sumarse a la movilización, aunque de manera más moderada.

Hartos de decisiones estériles motivadas por un interés más político que económico, un grupo de profesores de universidad y expertos del mundo de los números ha decidido dar un puñetazo encima de la mesa para ver si se les escucha. Son los ilustres hastiados, la particular rebelión de "los economistas aterrados" (http://www.atterres.org/).

Porque así es como se han bautizado tras decidir agruparse. Dicen estar aterrados "por la mala gestión de la crisis por parte de los gobiernos, porque los principios capitalistas que propiciaron la debacle siguen rigiendo las políticas económicas y por la sumisión a los mercados financieros".

1.500 firmas

Su malestar lo han plasmado en un documento que ya cuenta con más de 1.500 firmas y que ellos han llamado 'el manifiesto de los economistas aterrados'. Lo han suscrito investigadores y profesores universitarios pero también estudiantes, periodistas, abogados o artistas.

En concreto denuncian la ausencia de debate que hay en torno a las medidas aplicadas hasta la fecha para luchar contra la crisis. "Dos años después de la quiebra no ha habido reformas sustanciales del sistema financiero. Sin embargo, no paran de decirnos que hay que buscar soluciones basadas en la disminución del gasto publico. Estos planes no van a solucionar el problema sino que van a debilitar el estado del bienestar", señala uno de los cabecillas de la 'revuelta', el investigador francés Philippe Askenazy.

El movimiento se fraguó, cual reunión de masones, durante una charla entre cuatro reconocidos investigadores galos después de que, a raíz de la crisis griega, los gobiernos se pusieran a aprobar planes de recorte social.

En el manifiesto, estos 'revolucionarios' denuncian las 10 falsedades que siguen inspirando las decisiones en Europa y proponen 22 medidas para salir del atolladero.

Entre las falsedades enumeran que "Europa sigue con el chip neoliberal a pesar de sus fracasos, la sumisión a los mercados financieros y las medidas de recorte social puestas en marcha por los gobiernos para reducir el gasto público».

En cambio, proponen la prohibición a los bancos de especular a cuenta propia para evitar futuras burbujas y quiebras bursátiles, la limitación de la remuneración a los brokers y el incremento de los impuestos a las rentas altas.

Españoles 'aterrados'

El documento ha tenido un éxito inesperado. Ya ha sido traducido al inglés, portugués y español y se han adherido expertos economistas de todo el planeta.

Entre los firmantes hay varios profesores de universidades españolas, como Pablo Bustelo, (Universidad Complutense de Madrid) o el economista Manuel Colomer. Aunque no han sido los primeros. En Italia y en Alemania se han firmado documentos similares y en España 100 economistas suscribieron un manifiesto en 2009 para reclamar la reforma del mercado laboral y del sistema de pensiones.

"Es indispensable abrir un debate sobre la viabilidad de un sistema que permite que los ciudadanos sufran las consecuencias del neoliberalismo, dejando impune al sistema financiero deshonesto e ineficiente", explica el abogado español Juan Manuel Moreno, otro de los españoles firmantes del texto y a cargo de varias querellas contra instituciones bancarias.

Siguiendo su espíritu revolucionario, hace unas semanas este particular Ecofin galo celebró su primera cumbre en una Universidad de París. Se reunieron más de mil personas. Ahora quieren ser ellos los que cojan la sartén por el mango.

Al igual que los huelguistas y estudiantes que protagonizan las protestas estos días en Francia, ellos también están convencidos de que mil voces gritan más que una, aunque los gobiernos se empeñen en taparse los oídos.


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